lunes, 4 de abril de 2011

¿QUÉ APRENDÍ? ¿CÓMO LO APRENDÍ?

Cuando escuche que tomaría el curso “Metodologías para el aprendizaje de la Historia” me sentí muy inquieta pues vinieron a mi mente muchos recuerdos del ¿como aprendí historia en mi niñez?. No fue muy grato, horas enteras resolviendo un cuestionario, memorizando fechas y sucesos que la verdad no me eran interesantes pero era una orden y sí deseaba que mi familia estuviera contenta y mi maestra en turno me validara (aprobara) debía hacerlo, ¡que aburrido!.

Conforme pasó el tiempo y me convertí en profesora mi forma de ver la historia cambio: la historia no debía ser tan aburrida ni tan memorística. La metodología presentada en el programa oficial iba acorde con lo que yo pensaba “una historia interactiva y práctica”. Utilizaba la escenificación y la realización de líneas del tiempo y desde mi perspectiva mis alumnos estaban motivados.

Durante el desarrollo del curso mencionado me dí cuenta que no había utilizado todos los recursos que podrían haber hecho de mis prácticas de enseñanza más ricas para mis alumnos. El utilizar la Situación – Problema como una metodología, enriquece el trabajo en el aula y por ende el aprendizaje de los alumnos. Enfrentar a los niños a una situación que ellos deben analizar, juzgar, llevarlo a su vida social, argumentar su punto de vista, investigar (en diferentes fuentes) presentar sus resultados son las actividades que verdaderamente lo hacen una persona crítica y reflexiva.

LORENIA mARTÍN DEL CAMPO CONTRERAS

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